El silencio se convierte en amigo constante y la lluvia en un acompañante puntual y preciso, siempre aconsejando a los pensamientos y acompañada por melodías susurrantes… El tiempo ya no corre con la misma habilidad audaz y anhelante, ahora se transporta, más bien silencioso y mortal.
Ya no puedo escuchar mis pensamientos como antes, son ajenos cambiantes ¿Sabes? Más bien, diría yo; poco precisos ¿La soledad? Sí, ella ya se ha filtrado en mi alma desde hace unos meses, como me lo advertiste, pero igual, la tristeza ya se esfumó, ya sólo corro en círculos y quiero, en verdadera modestia… ¿Cómo dices? No, yo ya no creo en eso de esperar inevitables, ya no veo sólo pasar, ya no siento sólo con ver.
Hay algo en el horizonte, en la penumbra, lo recordé, tú me lo hiciste ver, allá debe haber mucho más ¿cierto? ¡Debe de haberlo!
Mira el tamaño de las montañas; ellas, ellas te absorben sólo con tenerte de frente y luego ¡Pau! Dejan caer su peso con la humanidad que puede tener una roca… Te cuesta trabajo entender ¿eh? Sí, ya después de unos años uno pierde la habilidad de comunicarse, tal vez estoy empezando a olvidar cómo hacer llegar mis ideas a mí mismo, tal vez…
Es que asusta ¿cierto? Esa simpleza que tiene la vida de desvanecer todo en segundos, en convertir el pasado en pasado y que el presente sólo se reduzca en un ahora que ya pasó… y ¡ahora! Que pasa en cuanto empiezo a dictar las siguientes palabras que se destruyen en palabras y quedaron así; como palabras.
No ¡Claro que no suena bien! Es lo que he intentado decirte todo este tiempo, pero parece que uno desarrolla sordera de conciencia a lo largo de este mundo que hemos construido con nuestras pobres manos prematuras; te haces más simple, más mudo, más ciego y a los doctores que sólo les enseñan ver cosas tan banales… Que uno se muere mudo, ciego, sordo y con el corazón perdido y viviendo con la idea de que siempre lo tuvo, pero ¿qué se le va a hacer? La vida es corta y la mente no da mucho sin caer en el delirio, en espanto consciente, en catatónico permanente, un coma que escapa y entonces… ¿Qué se le hace? La gente no quiere vivir en terror de expansión y agonía inevitable, pero tampoco quiere vivir absurdamente ignorante y sin embargo lo hace, ambas y ninguna.
Yo sé, yo sé que hace ya dos minutos que has dejado de escuchar, que ya no entiendes, que sólo es mi voz tambaleando…
Son sólo memorias, ¿cierto?
Y un día gris, que te ataranta…
Sé que al final, no dije nada…
Sé que al final, sólo fue la lluvia.